Riesgos inherentes a la profesión enfermera - Comunidad Valenciana
Riesgos inherentes a la profesión enfermera y factores que influyen negativamente en la salud
La continua exposición a agentes biológicos y químicos, sobreesfuerzos físicos, y altos niveles de estrés y carga emocional repercuten muy negativamente en la salud
Las enfermeras sufren unas condiciones laborales adversas (sobrecarga laboral, agresiones, alta exigencia de atención, alerta permanente...) que provocan altos niveles de estrés y burnout.
El contacto permanente con el sufrimiento, la enfermedad y la muerte supone también una gran sobrecarga emocional con importantes consecuencias para la salud, que se han visto agravadas por la pandemia de la Covid-19.
Las enfermeras y enfermeros están expuestos, de manera permanente, a numerosos riesgos para su seguridad y salud. Los principales son los químicos y biológicos, los derivados de trabajar a turnos y por la noche o la sobrecarga laboral y los menos reconocidos o de los que menos se habla, pero que tienen consecuencias nefastas para la salud de los y las profesionales, y que se han multiplicado, sobre todo con la pandemia de la COVID-19, son los riesgos psicosociales, siendo estos, en gran medida, los que en periodo de pandemia han generado un importante abandono de la profesión cifrado en torno al 20%.
RIESGOS QUÍMICOS Y BIOLÓGICOS
Se enfrentan cada día al riesgo de contagios por inhalación, cortes, pinchazos o contacto de bacterias, hongos, virus o parásitos, que pueden dar lugar a enfermedades graves e incapacitantes.
TURNICIDAD Y NOCTURNIDAD
Un alto porcentaje del colectivo enfermero desarrolla su trabajo realizando turnos rotatorios que incluyen horario nocturno durante gran parte de su vida laboral.
Existe una extensa evidencia científica que sustenta que este sistema de trabajo repercute muy negativamente en su salud y es causa de un envejecimiento prematuro.
ESTRÉS Y AGOTAMIENTO EMOCIONAL
Las enfermeras/os sufren unas condiciones laborales adversas (sobrecarga laboral, agresiones, alta exigencia de atención, alerta permanente...) que provocan altos niveles de estrés y burnout.
El contacto permanente con el sufrimiento, la enfermedad y la muerte, supone también una gran sobrecarga emocional con importantes consecuencias para la salud, que se han visto agravadas por la pandemia de la Covid-19.